3ª SESIÓN

En  esta  sesión  hemos  hablado  un   poco de   los  profesores  que  dan  clase a  2º  C.  En general  los alumnos   parecen estar contentos.

No  parecen  haber  problemas de convivencia.

Para  la  información de  los  padres,  hay  desdobles en  inglés,  matemáticas,  lengua española, sociales  y  naturales.  Esto significa que  la  mitad de  la  clase  va  con  un  profesor  y  la  otra  mitad  con  otro.

Para  los alumnos  repetidores,  hay  un apoyo  o  refuerzo con el fin de  que  estos alumnos  puedan  pasar a tercero  sin asignaturas  pendientes.

Posteriormente  nos  hemos dividido en  grupos de 4-5  personas  y  hemos discutido  sobre  cómo es nuestro  profesor  ideal.  Al cabo de  unos  minutos el  portavoz  de cada grupo  ha  expuesto  las  características  más  esenciales  que según  ellos  debe  tener  un  buen  profesor.

Después de  la  puesta en común,  la mayoría  piensa que  un profesor  debe ser  sobretodo  simpático,  gracioso, que sepa explicar  bien  y  que nos  comprenda.  Pero  me  ha llamado  la atención,  que   los alumnos  valoran  mucho   el aspecto  físico  del  profesor,  sobretodo  si  es joven,   alto,  rubio  y  con  los ojos azules....  En fin, si se  me  permite...  un topicazo. Y es  curioso,  que sean  sobretodo las chicas las más interesadas  en este  punto.

Yo,  que no soy  ni  joven,  ni alta,  ni   rubia  ni  tengo los ojos azules,  pienso  que  quizá  "debería de  buscarme  otro  trabajo...".  Pero tal como está el  país,  quizá  resista  como tutora.

La conclusión  que  se  pretende de mostrar  es  que  ningún  profesor,  es el profesor  ideal...  y que  ellos  tampoco son  alumnos  ideales.  Y que  no  podemos  exigir que el  profesor  esté  contento si   los  alumnos no   se  comportan  bien en  clase  y que  un  profesor  será  tanto más simpático  cuanta  más simpatía muestre el  alumno.

Así  pues propongámonos  todos  ser  "personas  ideales"  y seguro que  las  relaciones  entre  todos  mejorarán.

Yo  personalmente  opino que el  buen  profesor  es  el que sabe  enseñar,  el que  explica bien, el que tiene  paciencia  con el alumno, el que se  preocupa de  su  rendimiento  académico,  pero no el que  es  guapo o gracioso;  aunque nadie  niega que  un  poco de gracia o simpatía  son  de agradecer.

En  la siguiente sesión  hablaremos de  lo que   es ser  delegado de  una clase.